Nuestra confitería San Joaquín fue fundada en el año 1946 por Joaquín Bono Calderón, en la Plaza de Cervantes número 4, donde sigue en la actualidad.
Se abrió tienda, obrador y también panadería. Se alternaba el horno moruno de la panadería de madrugada con el obrador de confitería durante el día. Desde entonces y hasta nuestros días, elaboramos nuestros productos de forma artesanal, sin conservantes ni aditivos.
Con la segunda generación, la familia Bono Hartillo, se alcanzó una época de esplendor, estando al frente Joaquín Bono Hartillo. En los años 70 fue socio fundador de la Asociación Provincial de Confiterías y Pastelerías de Sevilla (APECOPAS), siendo también vocal de la Federación Nacional de Empresarios de Pastelería, obteniendo numerosos reconocimientos en esta época.
A lo largo de estos años, nuestra casa ha tenido diversas reformas, tanto en el obrador como en tienda, siendo la más destacada en 1997 la ampliación con Salón de Té.
En el año 2002, nuestro padre se jubila pasando nuestra confitería a la tercera generación, estando al frente Joaquín Bono Leña. Así mismo hemos ido ampliando nuestro negocio, abriendo una sucursal en la Plaza del Barrero en el año 2009 y más recientemente en la calle Asunción de Sevilla capital, teniendo ésta gran aceptación por parte de los sevillanos.
Nuestra identidad, puramente alcalareña, siempre ha estado reflejada tanto en nuestra confitería, decorada por el maestro Silva y posteriormente por Isidoro Villalba con paisajes representativos de Alcalá de Guadaíra, así como en las distintas cajas de productos que hemos ido utilizando a lo largo de nuestra amplia trayectoria de nuestras famosas bizcotelas rellenas y mantecados de viena.
Actualmente somos cofundadores de la Asociación de Productores de Tortas de Alcalá, la cual ha ayudado a que nuestras Tortas de Alcalá sean reconocidas fuera de nuestra ciudad. No podía quedar fuera de este gran proyecto la Confitería San Joaquín, una de las confiterías con más tradición en Alcalá de Guadaíra y que lleva tres generaciones fabricando artesanalmente este producto tan nuestro.
Fruto del trabajo incansable de Joaquín Bono Hartillo, en el año 1991 se le concedió la medalla de oro a nivel nacional por la Federación de Empresarios de Pastelería, así como la medalla de oro de la Asociación Provincial de Confitería y Pastelería de Sevilla (APECOPA) recibida en el año 2001.
La Confitería San Joaquín ha tenido presencia en la prensa , tanto local como provincial. En la Voz de Alcalá se le hizo una entrevista a nuestro padre tras recibir los premios anteriormente mencionados. Fuera de nuestro pueblo también han hecho referencia a nuestra confitería el periodista sevillano Antonio Burgos en varias ocasiones en su columna del diario ABC, destacando la columna titulada "Mis estrellas Michelín" donde hace un reconocimiento a nuestros mantecados de viena, elevándolo a la altura de los mejores manjares tradicionales de Sevilla.
En televisión, tanto Canal Sur como la Primera de TVE, han venido a nuestra casa para dar a conocer a toda Andalucía y España, la elaboración artesanal de nuestros productos.
Desde hace unos años, se invita a una representación de organismos oficiales y de empresarios de nuestro pueblo a la llamada 1ª Horneada de Mantecados de Viena, estando presente en la de 2016 Jesús Quintero, El loco de la Colina, quedando gratamente sorprendido del trabajo artesano realizado.
Recientemente el diario ABC se ha hecho eco de la noticia de la entrega en mano de nuestros mantecados de viena por parte de un grupo de fieles a su Santidad el Papa Francisco, hecho que ha tenido gran repercusión en las redes sociales.
Detrás de toda empresa hay un aspecto fundamental que es el capital humano. Para nosotros a lo largo de todos estos años, este equipo de personas que nos ha acompañado, ha jugado un papel fundamental, sin el cual no hubiera sido posible seguir generación tras generación.
A lo largo de nuestra trayectoria hemos tenidos grandes maestros confiteros como son Alfonso Pérez Gallego, José Martín y José Pérez ( Pepito el Confi), destacando también el trabajo de dependienta de nuestra recordada Carmela Rodríguez entre otros.
Todos y cada uno de nuestros trabajadores han tenido y tienen un sitio de honor en nuestra casa porque sin ellos no hubiera sido posible haber alcanzado el lugar y reconocimiento que tenemos como confitería por parte de nuestros clientes a lo largo de todos estos años.