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Tres generaciones dan para mucho y sobre todo cuando desde 1946 se sigue manteniendo la tradición artesanal, las antiguas recetas, y el gusto por lo bien hecho. La fama de la Confitería San Joaquín no es casualidad, sino fruto de un duro trabajo a lo largo de tantos años y de la búsqueda de la excelencia, prueba fehaciente de ello son principalmente las famosas bizcotelas rellenas o los mantecados de viena.

Todo esto no pasa desapercibido y atrae, no sólo a los alcalareños, conocedores de los tesoros de la Confitería de San Joaquín, sino también a un gran número de personas de cualquier sitio de España, que a lo largo de tantos años han probado estos manjares, viviendo una experiencia gastronómica inolvidable. Por supuesto el "boca a boca" ha hecho el resto, de manera que la fama ha atraído a gran número de visitantes, algunos de ellos ilustres. Javier Barón, Antonio Burgos, Jesús Quintero, Los del Río, El Arrebato, Raimundo Amador, entre otros. En el caso de Antonio Burgos cita en varias ocasiones en su columna de ABC a nuestra confitería San Joaquín, incluso nos incluye en su particular guía Michelín de Sevilla, ahí es nada.

Otro cliente ilustre que hace algún tiempo nos visitó y coincidió casualmente con la primera hornada de mantecados de viena de la temporada fue Jesús Quintero, "El Loco de la Colina" que presenció junto a personalidades de nuestra ciudad el proceso artesano de la fabricación del afamado mantecado de viena del cual quedó gratamente sorprendido.